Pedro Pertusi, 22 años, Chascomús (ARGENTINA)

En un comienzo, todo era incertidumbre, asistir a un grupo de jóvenes que iba a estar guiado bajo el patronato de Pier Giorgio Frassati. Yo en ese entonces (2003) me imaginaba a Pier Giorgio como una figura supraterrenal y heroica que, no sé porqué, había vivido junto a los humanos en alguna época de Italia y, más allá de hacer la obra de Bien que hizo, solía hacer deportes junto a sus amigos.
Esa concepción arcaica fue tomando su forma cuando yo me conocí un poco más a mi mismo y leí más acerca de Pier. Ahí tomé conciencia (2005) de que él era un ser humano y que todos podíamos seguir sus pasos o imitarlo. A su vez noté la verdadera distancia, que antes creía tan cerca, de su obrar y su imagen con la mía propia. Esta toma de conciencia verdadera me preocupó bastante. Todo ese tiempo de mentiras habían hecho una pared delante de mí pero que pronto supe cómo se volteaba: con compromiso, discernimiento, humildad y voluntad. De ahí a voltearla al instante muy difícil. Es el día de hoy, en esta sociedad pos-moderna donde uno cae enseguida a vicios y tentaciones que nos alejan de la imagen de Pier Giorgio , que no pude derribarla. Quizás ese sea mi sentido en la vida, quizás fue el sentido de la vida de Pier. Pero con la diferencia que él se lanzó sin prejuicios a luchar por la pobreza con la palabra de Dios a cuestas y yo quedé perdido entre libros y promesas. Pienso que las circunstancias me están dadas (gracias a Dios) para seguir este camino de Pier, él me convocó, todavía no reaccioné…