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Carta a Isidoro Bonini - 28 de diciembre de 1924
"Queridísimo: estoy leyendo el romance de Italo Mario Angeloni
"Amé así" donde describe en la primera parte, su amor
por una andaluza, y créeme que siento una gran emoción porque
parece la historia de mi amor.
También yo amé así: sólo que en el romance el sacrificio
lo hace la andaluza, mientras en el mío seré yo el sacrificado:
pero si Dios lo quiere así se hará su santa voluntad.
Hoy voy a Sauze d´Oux a probar la pista de carreras de la "Montaña
joven". Mañana la compañía parte para el San Bernardo
y mi espíritu está allá con ellos por una doble razón:
porque el San Bernardo fue cuna de mi sueño, por desgracia destrozado,
y además porque es allá donde está la que yo amé
con puro Amor. Y aunque renuncio a él deseo que sea feliz.
Te pido que reces para que Dios me dé la fuerza cristiana de soportarlo
serenamente, y a ella la felicidad terrena y la fuerza para alcanzar el fin
para el que fuimos creados. En el día en que te recibiste he probado
cómo son de verdaderas las palabras de San Agustín cuando dice
"Señor, nuestro corazón no tiene paz hasta que no reposa
en ti". En efecto, necio es aquel que va tras las alegrías del mundo,
porque son pasajeras y acarrean dolores, mientras la única alegría
verdadera es aquella que nace de la fe, y los compañeros especialmente
queridos, a través de este potente vínculo permanecerán
siempre unidos, aún sí las contingencias de la vida los alejara.
Así, esta será siempre para mí una buena amiga, que conocida
en los años peligrosos de la vida me habrá ayudado a proseguir
en el camino recto hacia la meta. Escríbeme alguna cosa y reza por mí.
Augurios de buen fin y buen principio a ti y a los tuyos, besos de Pier Giorgio".