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Carta a Isidoro Bonini - 15 de abril de 1925
"El otro día deshojando el almanaque, hice una terrible constatación:
que nos acercábamos a la mitad del mes y entonces me dije que era hora
de intensificar el estudio, y entonces decidí que apenas llegado a Turín
estaré como muerto a todo, a excepción de la Conferencia de San
Vicente; y estudiaré de la mañana a la noche.
Sé que se necesita de una gran energía, pero confío en
la providencia de Dios y también en la oración de mis amigos.
Estoy contento por volverte a ver y desearía dedicarte no sólo
un día sino todo el tiempo, con tal que tu venida no coincida con la
época de exámenes. Porque entonces estaría forzado a hacer
violencia a mis afectos y arrancar tiempo de los exámenes para poder
gozar de tu compañía".